El piedemonte de la Cordillera de los Andes cuenta con suelos heterogéneos que son el resultado de la desintegración milenaria de su roca madre y los depósitos aluviales de sus cauces de agua que descienden hacia la llanura. Estos suelos de bajo vigor y de gran poder de drenaje son el sustrato ideal para el desarrollo de viñedos con un vigor controlado y equilibrado que permiten la producción de vinos de gran personalidad y tipicidad.

En general, son suelos pedregosos y con cantos rodados, que además por su excelente drenaje natural permiten el manejo del riego y el estrés hídrico en los momentos cruciales del ciclo vegetativo, facilitando la estimulación de la producción de determinados tipos de taninos, compuestos aromáticos y otras moléculas que son de gran valor en el vino.

Otra característica muy importante para mencionar es que los viñedos en Mendoza están a una altura importante sobre el nivel del mar que oscila entre los 800 mts y los 1.400 mts aproximadamente.

Es frecuente encontrar también notas minerales y especiadas de diversa intensidad en los vinos de nuestros Valles.

En Salta, los suelos del Torrontés están sobre los 1.700 mts de altura.

Viñedos

Suelo

El piedemonte de la Cordillera de los Andes cuenta con suelos heterogéneos que son el resultado de la desintegración milenaria de su roca madre y los depósitos aluviales de sus cauces de agua...

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